La
tradicional corrida de la prensa, tuvo lugar en la tarde del viernes 18, con
escaso éxito de público (en torno a un tercio del aforo), y una entretenida
ejecución taurina de los diestros de la jornada: Juan José Padilla, Manuel
Escribano y el lorquino Paco Ureña, que resultó el triunfador de la tarde con
el logro de una oreja en cada toro, por delante de Escribano que obtuvo una
oreja en su segundo toro, y Padilla con sólo ovación y vuelta al ruedo.
La tarde de feria murciana, con
tiempo discreto que hizo más soportable la estancia en el coso de la Condomina,
en el final de este caluroso estío, tuvo su entretenimiento por la discreta
intervención de los diestros, que sin ser brillante (como reflejan los trofeos
cosechados), apuntaron sus buenas maneras y técnicas en lo concerniente al “arte
de cúchares”.
La ganadería fue la de Fuente Ymbro
con ejemplares de buena presencia que dieron juego en la lidia, si bien en algún
momento se puso de manifiesto la relativa falta de fuerza del ganado, que en
general apenas aguantaron más de una puya en el tercio de picadores.
En cuanto a los lances de la lidia
hemos de reseñar que Padilla en su primer toro tuvo buenos lances,
banderilleando al astado conjuntamente con su compañero de lidia Manuel Escribano,
en lo que respecta al último tercio, comenzó bien pero el toro empezó a
evidenciar su falta de vitalidad, por lo que hubo de adaptarse a esta
circunstancia, por lo que no pudo lucirse, aunque mató bien y tuvo petición de
oreja que no le fue concedida.
Respecto del cuarto toro, el segundo
de su lote, lo recibió con rodilla en tierra, que arrancó el aplauso del público.
En el tercio de banderillas se lució, pero no tampoco pudo sacarle punta al
toro por el progresivo desmoronamiento de este, pese a los esfuerzos por
sacarle alguna faena, concluyendo con una certera estocada que no logro acabar
con la res, retrasando la culminación de la lidia de forma deslucida, por lo
que la presidencia no accedió a la petición de oreja de un sector del público,
dando la vuelta al ruedo.
Escribano estuvo muy valiente en la
lidia de sus dos astados, en el primero de ellos lo recibió a portagayola,
toreándolo a la verónica con lucimiento. Compartió con Padilla el tercio de
banderillas exhibiendo ambos el dominio de esta suerte, seguidamente culminó la
lidia de su primero con diversos pases, con los que el toro evidenció su
pérdida de fuerza, ante lo que se decidió a matarlo lográndolo en su segundo
intento con una buena estocada, que le reportó la ovación del público.
El quinto de la tarde, fue para
Escribano un toro con el que se lució en el empleo del capote, ejecutando un
tercio de banderillas arriesgadísimo junto a la barrera que a punto estuvo de
darle un serio disgusto, pues poco faltó para que el morlaco lo arrollara en su
embestida; no obstante el torero, aunque aparentó dañarse en un brazo, continuo
la lidia con buenas faenas, matándole de una certera estocada, que le supuso el
logro de una oreja.
El lorquino Paco Ureña, recibió al
tercero de la tarde con acertados capotazos, estuvo igualmente acertado con la
muleta, empleándose a fondo ante los paisanos, aunque en uno de esos lances el
toro lo desarmó, si bien el diestro se hizo de nuevo con la res matándolo de
pinchazo y estocada, obteniendo una oreja.
En su segundo toro, el sexto de la
tarde, tuvo un leve percance en un desenlace de la lidia, en que el toro le
enganchó originando un revolcón al torero, del que le costó salir ante las
acometidas del astado, pero por suerte no llegó a cogerlo, reponiéndose el
diestro lorquino con gran valor, matando de media estocada acertada, con el
logro de una oreja, su segunda en la tarde, lo que supuso que sus seguidores le
sacaran por la puerta grande de la plaza, erigiéndose así en el triunfador de
la tarde.
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