domingo, 22 de febrero de 2015

PROMUSICA DE MURCIA CELEBRA SU CONCIERTO NÚMERO 500



                   Especial y entrañable efemérides la que cumple la Asociación promúsica de Murcia con la celebración de su concierto número 500 este lunes 23 de febrero, con la participación del Coro del Conservatorio Superior de Música de Murcia y el Coro Infantil del Conservatorio de Murcia, así como la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, y la especial intervención de la soprano Berna Perles, el barítono Paolo Ruggiero y el contratenor Pedro Pérez, bajo la dirección de Ángel Martín Matute.
                El programa de este especial concierto contempla obras de Wagner (“Los maestros cantores” e “Idilio de Sigfrido”), y de Orff (“Carmina Burana”). Habiéndose programado para las 20´30 horas de este lunes en el Auditorio Víctor Villegas.


                De esta forma, la Asociación promúsica de Murcia mantiene viva la afición de la sociedad murciana a la música clásica, en lo que ya son treinta y ocho años de brillante ejecutoria de esta importante asociación cultural murciana, que dese el año 1977 en que inició su actividad ha mantenido con gran acogida, apoyo y seguimiento por parte de los melómanos murcianos a los que ha venido deleitando con la extensa programación de conciertos que han jalonado estas tres décadas de promoción y representación de la música clásica en nuestra comunidad.
                Aún recordamos, los que entonces jóvenes estudiantes universitarios, nos inscribimos en la naciente Asociación promúsica murciana, aquellos conciertos fabulosos que se llevaron a cabo en el Teatro Romea con gran éxito artístico y de público, en los que participaron las principales orquestas sinfónicas e intérpretes de música clásica españoles y extranjeros (incluidos el centro y este de Europa), la propia Asociación hace referencia en su memoria a la participación en estos años de 155 orquestas sinfónicas, 133 orquestas de cámara, 41 óperas, 11 ballets, junto a conciertos sinfónico-corales, recitales de cámara, etc.
                Debiendo recordar las intervenciones de las cantantes Victoria de los Ángeles, Monserrat Caballé, Renata Scotto, María Espada, Edda Moser; los pianistas Esteban Sánchez, Alicia de Larrocha, Joaquín Achúcarro, Paul Badura-Skoda, André Watts, Christian Zacharías, Maria Joao Pires, Grigory Sokolov; los violinistas y violonchelistas Felix Ayo, Silvia Marcovici, Igor Oistrakh, Konstanty Kulka, Pinchas Zukerman, Shlomo Mintz, Vadim Repin, Mischa Maisky, Narciso Yepes, etc.

                Con todo ello, su exitosa historia y su prometedor presente, con unos 1.300 socios avalan la actividad de esta importante asociación cultural de la vida murciana, a la que auguramos un no menos exitoso futuro, deseándole muchos éxitos.

domingo, 15 de febrero de 2015

EL PALMAR: PEDANÍA DE MURCIA CON ENTIDAD PROPIA


                  El Palmar es una pedanía de Murcia, de entre las de más entidad por su elevado número de población (unos 23.000 vecinos), y sus centros comunitarios esenciales (círculo cultural, centro de la mujer, teatro, instituto de enseñanza media, centro de salud, e incluso en su mismo territorio se asientan el mayor hospital público de la Región – Hospital Virgen de la Arrixaca- y el hospital psiquiátrico), disponiendo de una red de infraestructuras que facilitan una ágil comunicación con Murcia capital, a través de una red de autobuses públicos de alta frecuencia, y sendas vías de varios carriles (urbana con Murcia y la autovía A-30 Cartagena – Murcia).

                En el mismo se da una activa acción cultural, que aviva la vida social de esta comunidad junto al río Reguerón –habitualmente seco, salvo en el caso de lluvias torrenciales, en que llega a resultar peligroso por su desbordamiento-. Si bien, su proximidad y buena comunicación con la Capital hace que la vida de muchos vecinos del Palmar esté muy vinculada a Murcia, tanto en lo laboral como en lo socio-cultural y deportivo.

                Además de tener sendos centros médicos de primer nivel en la Región, con el consiguiente foco de actividad y empleo, El Palmar también resulta “ciudad dormitorio” para no pocos de sus vecinos que residen en esta pedanía murciana pero desarrollan gran parte de su actividad fuera de ella.
                En cuanto a su actividad económica, ha estado tradicionalmente vinculado al sector agrario de pequeñas explotaciones, que con el tiempo fue evolucionando a un pequeño sector industrial (destilería, extintores, y bienes de equipo auxiliar de automoción y maquinaria en general, con proliferación de talleres mecánicos, almacenes y afines). Si bien, la proximidad de Mercamurcia (entre El Palmar y su vecina Sangonera) ha generado un considerable foco de actividad económica y mercantil.
                A lo anterior, habría que añadir el polo industrial del vecino polígono de San Ginés en el que se ha enclavado una importante cantidad de empresas de diversos sectores que generan gran actividad y propician empleo entre los habitantes de la zona. Si bien los efectos de la crisis económica se han dejado sentir con dureza también.
                En este punto resulta necesario apuntar la pretensión de los vecinos del Palmar de constituirse como entidad local propia con Ayuntamiento independiente del de Murcia, para lo que encargaron hace unos años un estudio a profesores de economía de la Universidad de Murcia cuyas conclusiones fueron la de su viabilidad económica, si bien políticamente aún no lo han logrado y no se atisba cercana tal posibilidad.

                A todo esto, un paseo por las principales calles de la pedanía nos harán ver fácilmente la caótica urbanización seguida, no sólo de antiguo (propio de calles estrechas y casas de planta baja), sino que en su transformación a casas de varias plantas, se han mantenido no pocas de las calles estrechas, al tiempo que se aprecia un fallido intento de apertura de una calle por el lateral de donde estaban las destilerías  Bernal, en la calle mayor, en perpendicular y en diagonal hacia la zona del hospital psiquiátrico, donde se observa una inacabada obra de alineamiento de las calles, solares descuidados sin vallar, y un amplio bloque de viviendas en medio de todo ello. Lo que da una mala estética a la ordenación urbana del casco urbano.

                Y en la misma línea, habría que reseñar la existencia de líneas de dúplex en una calle estrecha frente a una tapia de unas naves con la techumbre semiderruida, junto a una chimenea, que también dan la impresión de abandono y falta de previsión urbanística por parte de los responsables municipales del Ayuntamiento de Murcia, que posiblemente si fueran los propios de un hipotético Ayuntamiento propio hubieran estado más atentos a estos detalles que rompen la estética urbana, de un núcleo de población de por sí complejo para reorganizar de forma más ordenada.

                Lo mismo que cabría decir del Instituto, cuya valla linda estrechamente con un supermercado, como abarrotando la edificación, en una Institución docente –que ya estaba implantada décadas en dicho lugar- y que frecuentemente requiere espacio para la práctica de actividades deportivas dentro del plan de formación de su alumnado, para lo que acaso hubiera sido plausible que se le hubiera reservado algún espacio colindante de expansión, que ya le resulta imposible.
                Sin embargo, en las afueras existen buenos alineamientos de viviendas y dúplex que hacen más estética y práctica su ubicación mejor ordenada.
                Con todo, parece imponerse la idea –ya pedida por algunas formaciones políticas- que los pedáneos sean votados por los vecinos de las respectivas pedanías, en el propio proceso de elecciones locales, pues de esa forma el pedáneo no sería un subalterno del alcalde, sino que tendría criterio propio sobre la base de su compromiso con los vecinos que le hayan votado, de forma que la coordinación de las políticas locales en estos territorios sean más consecuentes con la voluntad y el parecer vecinal, posibilitando así una mayor participación de los ciudadanos en sus propios asuntos.


sábado, 14 de febrero de 2015

FIELES A LA CITA ANUAL COMIENZAN LOS CARNAVALES EN LA REGIÓN MURCIANA


                  Las fiestas de carnaval traen su habitual recorrido por las ciudades de la Región de Murcia para regocijo y jolgorio de sus participantes y entretenimiento de los que, aún sin participar activamente en la fiesta, lo siguen desde las calles.
                Fama han cogido los tradicionales carnavales en Águilas, Cabezo de Torres y Beniaján, siendo un gran atractivo en estas poblaciones los desfiles, pregones y bailes de carnaval que congregan a multitud de pueblos vecinos para asistir al desarrollo de esta peculiar fiesta.
                En estas poblaciones se suelen organizar las actividades carnavalescas por parte de las diferentes comparsas o agrupaciones de carnaval que llevan el peso de la producción y ejecución de las actividades festivas para las que laboran y se preparan con la necesaria antelación para que los diferentes grupos festivos se encuentren a punto en las fechas indicadas.
                De esta forma el carnaval ha tomado cuerpo en nuestra sociedad, recogiendo la costumbre pagana de celebrar una fiesta permisiva, de cierto descontrol, lo que era favorecido por el anonimato del uso de la máscara que ocultando el rostro de los participantes, propiciaba todo tipo de bromas y excesos que en condiciones ordinarias no serían admisibles en un entorno social corriente.  Su origen parece encontrarse en las fiestas al dios pagano baco, como también en las saturnales y lupercales romanas, que se fueron extendiendo por Europa y posteriormente los portugueses llevaron a Sudamérica, habiendo arraigado con notable éxito en países como Brasil, con sus famosos carnavales de Río de Janeiro, donde la estética carnavalesca evolucionó del prototipo de máscaras propio de los carnavales venecianos hacia una estética afroamericana con danzas rítmicas y exhibición erótica.

                Este último modelo brasileño ha sido el que ha alcanzado también las costumbres hispanas, de forma que en nuestros desfiles nos encontramos entre la estética italiana cada vez más escasa, por haberse ido tornando en una mayor adopción, por las diferentes comparsas carnavalesca de la estética brasileña de poca tela, mucha pluma y lentejuelas que exhiben las bellezas de la tierra, entre danzas y músicas que acompañan a los grupos en su alegre desfile por las calles de las poblaciones respectivas, en lo que supone una fusión carnavalesca de alegría y participación entre las comparsas y el público asistente a los mismos. Todo ello, en una sociedad especialmente influenciada por el hecho religioso cristiano, se llevaba a cabo antes de sumirse en el tiempo litúrgico de cuaresma, penitencial por antonomasia, que por tal se entendía de abstinencia y austeridad.


                Algo que en nuestra tierra murciana, tras la Cuaresma y Semana Santa, acabará en una peculiar forma carnavalesca autóctona, que es conocida por el “Entierro de la Sardina”, en clara alusión a la prescripción cuaresmal de no consumir carne, para volver a recobrar la alegría y la permisividad de un nuevo tiempo primaveral que también lleva claras alusiones a fiestas paganas romanas, pero esto ya es otra cuestión, de ese tiempo.