El Palmar es una pedanía de Murcia, de entre
las de más entidad por su elevado número de población (unos 23.000 vecinos), y
sus centros comunitarios esenciales (círculo cultural, centro de la mujer,
teatro, instituto de enseñanza media, centro de salud, e incluso en su mismo
territorio se asientan el mayor hospital público de la Región – Hospital Virgen
de la Arrixaca- y el hospital psiquiátrico), disponiendo de una red de
infraestructuras que facilitan una ágil comunicación con Murcia capital, a
través de una red de autobuses públicos de alta frecuencia, y sendas vías de
varios carriles (urbana con Murcia y la autovía A-30 Cartagena – Murcia).
En
el mismo se da una activa acción cultural, que aviva la vida social de esta
comunidad junto al río Reguerón –habitualmente seco, salvo en el caso de
lluvias torrenciales, en que llega a resultar peligroso por su desbordamiento-.
Si bien, su proximidad y buena comunicación con la Capital hace que la vida de
muchos vecinos del Palmar esté muy vinculada a Murcia, tanto en lo laboral como
en lo socio-cultural y deportivo.
Además
de tener sendos centros médicos de primer nivel en la Región, con el
consiguiente foco de actividad y empleo, El Palmar también resulta “ciudad
dormitorio” para no pocos de sus vecinos que residen en esta pedanía murciana
pero desarrollan gran parte de su actividad fuera de ella.
En
cuanto a su actividad económica, ha estado tradicionalmente vinculado al sector
agrario de pequeñas explotaciones, que con el tiempo fue evolucionando a un
pequeño sector industrial (destilería, extintores, y bienes de equipo auxiliar
de automoción y maquinaria en general, con proliferación de talleres mecánicos,
almacenes y afines). Si bien, la proximidad de Mercamurcia (entre El Palmar y
su vecina Sangonera) ha generado un considerable foco de actividad económica y
mercantil.
A
lo anterior, habría que añadir el polo industrial del vecino polígono de San
Ginés en el que se ha enclavado una importante cantidad de empresas de diversos
sectores que generan gran actividad y propician empleo entre los habitantes de
la zona. Si bien los efectos de la crisis económica se han dejado sentir con
dureza también.
En
este punto resulta necesario apuntar la pretensión de los vecinos del Palmar de
constituirse como entidad local propia con Ayuntamiento independiente del de
Murcia, para lo que encargaron hace unos años un estudio a profesores de economía
de la Universidad de Murcia cuyas conclusiones fueron la de su viabilidad
económica, si bien políticamente aún no lo han logrado y no se atisba cercana
tal posibilidad.
A
todo esto, un paseo por las principales calles de la pedanía nos harán ver fácilmente
la caótica urbanización seguida, no sólo de antiguo (propio de calles estrechas
y casas de planta baja), sino que en su transformación a casas de varias
plantas, se han mantenido no pocas de las calles estrechas, al tiempo que se
aprecia un fallido intento de apertura de una calle por el lateral de donde
estaban las destilerías Bernal, en la
calle mayor, en perpendicular y en diagonal hacia la zona del hospital
psiquiátrico, donde se observa una inacabada obra de alineamiento de las
calles, solares descuidados sin vallar, y un amplio bloque de viviendas en
medio de todo ello. Lo que da una mala estética a la ordenación urbana del
casco urbano.
Y
en la misma línea, habría que reseñar la existencia de líneas de dúplex en una
calle estrecha frente a una tapia de unas naves con la techumbre semiderruida,
junto a una chimenea, que también dan la impresión de abandono y falta de
previsión urbanística por parte de los responsables municipales del
Ayuntamiento de Murcia, que posiblemente si fueran los propios de un hipotético
Ayuntamiento propio hubieran estado más atentos a estos detalles que rompen la
estética urbana, de un núcleo de población de por sí complejo para reorganizar
de forma más ordenada.
Lo
mismo que cabría decir del Instituto, cuya valla linda estrechamente con un
supermercado, como abarrotando la edificación, en una Institución docente –que ya
estaba implantada décadas en dicho lugar- y que frecuentemente requiere espacio
para la práctica de actividades deportivas dentro del plan de formación de su
alumnado, para lo que acaso hubiera sido plausible que se le hubiera reservado
algún espacio colindante de expansión, que ya le resulta imposible.
Sin
embargo, en las afueras existen buenos alineamientos de viviendas y dúplex que
hacen más estética y práctica su ubicación mejor ordenada.
Con
todo, parece imponerse la idea –ya pedida por algunas formaciones políticas-
que los pedáneos sean votados por los vecinos de las respectivas pedanías, en
el propio proceso de elecciones locales, pues de esa forma el pedáneo no sería
un subalterno del alcalde, sino que tendría criterio propio sobre la base de su
compromiso con los vecinos que le hayan votado, de forma que la coordinación de
las políticas locales en estos territorios sean más consecuentes con la
voluntad y el parecer vecinal, posibilitando así una mayor participación de los
ciudadanos en sus propios asuntos.